Cuentan que unos amigos andaban un día por un bosque, muy al norte de España. El frío abrigaba sus cuerpos. Había una densa niebla, y el viento azotaba la copa de los árboles, que crujían y se agitaban furiosos. Anochecía y la luz iba abandonando la vida de aquel paraje. Cuentan que pararon por un momento, tan solo por un momento, ya que llevaban todo el día caminando y lo necesitaban. Algunas voces del lugar hablan de que uno de ellos, se alejó un poco de los demás, el tiempo exacto para que nada más se volviera a saber de él... ni de ninguno de ellos. Desde entonces, nadie ha vuelto a verlos, al menos con vida.
Avanzamos, andamos, vivimos... y después?
Los recuerdos... qué son los recuerdos? Son momentos, que vivimos y de una manera u otra somos capaces de rememorar, de revivir. Volvemos al pasado por un momentín, pudiendo ver aquellos tiempos, aquellas risas con los amigos, aquellas charlas.
Caminas solo un día más. Cansado, miras hacia atrás, has dejado gran parte del camino, has tomado decisiones, has dejado a compañeros atrás, a otros que has conocido. Muchos de ellos siguieron otro camino, y tú con tu objetivo, has avanzado por donde creías que era más sensato ir. Sin embargo ahora y con el tiempo, tu intención parece haber cambiado. Lo que antes veías como un camino, ves que poco a poco se bifurca, y va siendo hora de tomar una decisión... Y poco a poco ves el camino a seguir.
Para el reloj. Páralo y procura que sea hoy. Y por qué parar el reloj?... hay tantos motivos... Para el reloj en cada momento que desees congelar, y vívelo tan intensamente que sientas que no se puede ir nunca, porque puede que cuando la cuenta empiece a ir hacia delante, no puedas agarrar todo aquello que se te escapó. Lo pasado ahí queda, lo futuro está por llegar, y lo presente, desaparece a medida que pronuncio la palabra presente...