Caminas solo un día más. Cansado, miras hacia atrás, has dejado gran parte del camino, has tomado decisiones, has dejado a compañeros atrás, a otros que has conocido. Muchos de ellos siguieron otro camino, y tú con tu objetivo, has avanzado por donde creías que era más sensato ir. Sin embargo ahora y con el tiempo, tu intención parece haber cambiado. Lo que antes veías como un camino, ves que poco a poco se bifurca, y va siendo hora de tomar una decisión... Y poco a poco ves el camino a seguir.


Duele coger un camino, bueno, cogerlo no. Duele tomarlo y dejar el otro. La senda se ha hecho diferente, y hay que elegir. Una u otra... Y tú, ya has elegido. Ahora, juega con tu decisión.

Para el reloj. Páralo y procura que sea hoy. Y por qué parar el reloj?... hay tantos motivos... Para el reloj en cada momento que desees congelar, y vívelo tan intensamente que sientas que no se puede ir nunca, porque puede que cuando la cuenta empiece a ir hacia delante, no puedas agarrar todo aquello que se te escapó. Lo pasado ahí queda, lo futuro está por llegar, y lo presente, desaparece a medida que pronuncio la palabra presente...


Y porqué me pongo a escribir en un blog, sobre algo que a nadie le interesa y que posiblemente nadie, o quizá tú, que has dado por casualidad con esto leas? Porque quiero detener en mi mente todos los instantes que he dejado escapar, todos los detalles que me he perdido por no poder o no saber detener a tiempo el tiempo. Por no querer vivir a conciencia y solamente dejar pasar algo tan importante que a veces no nos damos cuenta que se nos va... hasta que se nos va.

Esto, lector, o mente del autor, quiero que se tome como un simple grito al aire en un pequeño desierto, un desierto poblado de gente que pasa, y que miran sin ver, oyen sin escuchar y oyen sin escuchar. Es solo un grito a mí mismo, es solo un ahogo del tiempo, que es lo que pretendo. Ahogar el tiempo, y poder así vivirlo.

About this blog

Seguidores