Tic. Tac. Tic. Tac. Tic... Tac. Tiempo. Siempre el tiempo. Siempre el maldito tiempo. Y entre tanto ironías que parecen perseguirnos, y juegan con nosotros como si sus marionetas fuésemos.
Ironía es que al que intenta luchar por algo, se le pise, menosprecie, o simplemente, se le pongan barreras para que no llegue. Ironía es que mire un suelo que no quiero pisar, y sueñe con el que sueño con pisar. Ironía es que soñemos con sueños, y dejemos pasar nuestra realidad como si fuera una realidad. No mezclarlos es el error...
Y el tiempo, siempre el tiempo. Siempre el maldito tiempo.
Ironía es que mirando el reloj, nos quedemos viendo cómo pasan los minutos. Ironía es que a pesar de que su paso es inevitable, no hacemos nada por vivirlo. Ironía es que seamos simples espectadores de nuestro propio espectáculo. Ironía, es que sea yo el que escriba algo sobre ironías.
Me cansé de vivir esperando, esperando vivir. Me cansé de buscar motivos para no ser una sombra animada de quien fui. Me cansé de tantas cosas, que miré la arena terminando de caer.
Y de repente, cuando prácticamente toda la arena había caído, cuando dejé de creer en cuentos de hadas, en historias con final feliz, en relojes que se paraban... de repente, dejé de buscar; los motivos fueron llegando, irónicamente, sin buscarlos.
Y sigo pisando el mismo suelo que no quiero pisar. Pero ya no hay miedo. Pero ya no hay sueño en el sueño, y realidad en la realidad. Ahora vivo despierto el sueño de una realidad. Ahora soy yo el actor, con mejores motivos que nunca para hacer la mejor actuación de su vida: su propia vida.
Y me harté de contar los segundos, y las horas, y los días. No paré el reloj; no pude. Lo rompí viendo cómo caía la arena. Cómo caían esos recuerdos, esos miedos, esos fantasmas del pasado se deshacían a medida que los granos se derramaban en el suelo. Rompí el reloj del pasado, y decidí vivir en un tic tac presente.
Tiempo. Siempre el tiempo... Siempre el maldito tiempo.
Tic. Tac. Tic. Tac. Tic... Tac.
Plantear metas no está mal. Ser ambicioso realmente no es un problema. Exigirse a uno mismo, creo que está dentro de la mentalidad de cada uno. Pero desmotiva, desgarra y te mata cuando una y otra vez te ves estrellarte con un muro.
Como intentar romper el castillo más grande con una espada de cartón, o como si utilizaran piedras para derribar tu castillo de arena...
Muchos años en proyectos. Muchas horas, mucho esfuerzo, mucho sacrificio... y para qué? Para nada. Ir y venir de penas y alegrías. Sangrar y seguir luchando. Morir y seguir viviendo. Mantener la llama un poquito encendida aunque a veces le cayera agua.
Frustración, horas sin dormir, y volver a empezar. Una y otra vez. Y por qué? Porque tienes fe. Porque sabes que tarde o temprano tu oportunidad llegará. Lo vas a conseguir, vas a llegar...
Y si no? Y si realmente todo este tiempo, todo este sacrificio y toda esta espera no llega a ningún sitio? Aquí está el punto en el que debes mirar hacia atrás. Mirar y realmente pensar si disfrutaste el camino, o te obsesionaste tanto con la meta que no importaba todo lo que vivías.
Es muy fácil vivir en el futuro. Con la cabeza puesta en la imaginación del objetivo cumplido... pero no es tan fácil vivir el camino paso a paso, y lo más importante, disfrutarlo. Porque si un camino no se disfruta, si una meta no se llega a saborear por todo lo pasado anteriormente, realmente no habrá merecido la pena.
Lucha, juega, pelea, muere y revive, pero nunca te olvides de disfrutar.
En algún momento, a mi se me olvidó.
Capaz o incapaz? Muchas veces la vida se resume a eso. "Eres capaz o incapaz?" "Eres capaz de adivinarme la carta?" Independientemente de la respuesta, se puede contestar con otra pregunta: "Y tú, eres capaz de creer en eso que llaman magia? Ese momentín en el que, sabiendo qué ha pasado, no tienes ni idea de cómo, y una sensación extraña te llena... eso es la magia!"...
Cuentan que unos amigos andaban un día por un bosque, muy al norte de España. El frío abrigaba sus cuerpos. Había una densa niebla, y el viento azotaba la copa de los árboles, que crujían y se agitaban furiosos. Anochecía y la luz iba abandonando la vida de aquel paraje. Cuentan que pararon por un momento, tan solo por un momento, ya que llevaban todo el día caminando y lo necesitaban. Algunas voces del lugar hablan de que uno de ellos, se alejó un poco de los demás, el tiempo exacto para que nada más se volviera a saber de él... ni de ninguno de ellos. Desde entonces, nadie ha vuelto a verlos, al menos con vida.
Avanzamos, andamos, vivimos... y después?
Los recuerdos... qué son los recuerdos? Son momentos, que vivimos y de una manera u otra somos capaces de rememorar, de revivir. Volvemos al pasado por un momentín, pudiendo ver aquellos tiempos, aquellas risas con los amigos, aquellas charlas.
Caminas solo un día más. Cansado, miras hacia atrás, has dejado gran parte del camino, has tomado decisiones, has dejado a compañeros atrás, a otros que has conocido. Muchos de ellos siguieron otro camino, y tú con tu objetivo, has avanzado por donde creías que era más sensato ir. Sin embargo ahora y con el tiempo, tu intención parece haber cambiado. Lo que antes veías como un camino, ves que poco a poco se bifurca, y va siendo hora de tomar una decisión... Y poco a poco ves el camino a seguir.